trófica y flujo de energía en el ecosistema
La estructura trófica del ecosistema es una de las relaciones de mayor importancia que se establecen dentro de los elementos del ecosistema puesto que representa la relación de transferencia y pérdida de energía entre las diferentes poblaciones de la comunidad que conforman el ecosistema. El análisis de las relaciones alimentarias implica el estudio del flujo de energía a través de los elementos del ecosistema, es decir, a través de la cadena trófica (Figura 9). El flujo de energía de la cadena alimentario inicia en las plantas (organismos fotosintetizadores productores) cuya función es la de captar energía lumínica y procesarla a través de la actividad fotosintética para convertirá en energía química almacenada en forma de moléculas orgánicas. El flujo continúa a través del siguiente elemento caracterizado por el consumo de material vegetal, es decir que el siguiente nivel trófico corresponde a los consumidores primarios (herbívoros). A su vez, los herbívoros son alimento y fuente de energía de otros elementos consumidores de proteína animal, quienes conforman el tercer nivel trófico correspondiente a los carnívoros (depredadores). El ecosistema no podría mantenerse en equilibrio si no existieran elementos que permitieran dar continuidad al flujo energético, cuando uno de los seres vivos (elementos) del ecosistema muere, esta fuente de energía (residuos o detritos orgánicos) es aprovechada por otro eslabón de la cadena trófica a la cual pertenecen los hongos y las bacterias; nos referimos entonces a los organismos descomponedores o detritívoros. Este punto pude ser el final de la cadena o puede constituirse como el inicio de una nueva.
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